“Educación Fundamental” es la ciencia que nos permite descubrir nuestra relación con los seres humanos, con la naturaleza, con todas las cosas. Por medio de esta ciencia conocemos el funcionamiento de la mente porque la mente es el instrumento del conocimiento y debemos aprender a manejar ese instrumento, que es el núcleo básico del yo psicológico.
En esta obra se nos enseña en forma casi objetiva el modo de Pensar, por medio de la investigación, el análisis, la comprensión y la meditación.
Es urgente conocer “estados de conciencia”, a cada evento le corresponde tal o cual estado anímico. Los estados son interiores y los eventos son exteriores, los acontecimientos externos no son todo… Entiéndase por estados interiores las buenas o malas disposiciones, las preocupaciones, la depresión, la superstición, el temor, la sospecha, la misericordia, la auto-consideración, la sobre-estimación de Si mismo; estados de sentirse feliz, estados de gozo, etc., etc., etc. Incuestionablemente los estados interiores pueden corresponderse exactamente con los acontecimientos exteriores o ser originados por éstos, o no tener relación alguna con los mismos…
Cinco sentidos externos nos permiten el conocimiento que le llamaron materialista y siete internos nos permiten conocer lo que se llama esotérico u oculto, estos sentidos son: videncia, clarividencia, Polividencia, oído oculto, intuición, telepático y recuerdo de vidas anteriores. Sus órganos son: pineal, hipófisis (glándulas en el cerebro) tiroides (la manzana del cuello) el corazón y el plexo solar o epigastrio (arriba del ombligo) por medio de éstos conocemos siete (7) cuerpos del hombre: Físico, vital, astral, mental, que constituyen los cuatro cuerpos de pecado que son lunares protoplasmáticos y tres más que son cuerpos de la voluntad, del alma y del espíritu, los cuales enriquecen el conocimiento conciencia, este conocimiento es vivo porque lo hacemos vívido, constituye los que religiosos y filósofos llaman el alma.
La hora presente es gravísima para la humanidad y hay que hablar claro y recio en estos momentos en que todas las religiones, sectas, escuelas, logias, creencias, órdenes, clanes, partidos políticos y naciones viven en lucha terrible buscando su propia supervivencia. Es la hora del Ser y del no Ser de la filosofía. Este es un instante decisivo para la humanidad; por lo tanto, nos toca hablar con claridad para poder prestar ayuda inmediata a los que quieren hacerse asistentes a la sala de la sabiduría divina.